El cardo es el
emblema de la nación escocesa. Es rosa o morado, con hojas en forma de púas y
es uno de los símbolos más característico de todo lo escocés.
Nadie sabe a
ciencia cierta el origen de esta simbología ya que no existen documentos
históricos que lo demuestren, pero la leyenda afirma que el cardo salvó a un
destacamento de guerreros escoceses mientras dormían de una emboscada de los
nórdicos gracias a que uno de los atacantes lo pisó descalzo. Sus gritos
despertaron a los escoceses, que derrotaron a los invasores, y así, el cardo se
adoptó como símbolo de Escocia.
Si nos fijamos
el cardo está presente en toda Escocia: en el uniforme del equipo internacional
de rugby, en empresas y organizaciones, en equipos de fútbol y como símbolo del
cuerpo de policía.
La cruz de San
Andrés, la bandera nacional de Escocia, tiene una historia muy larga y se cree
que es la bandera nacional más antigua de Europa. Está compuesta por un aspa
blanca sobre fondo azul y representa la crucifixión del apóstol San Andrés,
patrono de Escocia.
Según una
leyenda escocesa, la bandera tiene sus orígenes en una batalla que tuvo lugar
cerca del pueblo de Athelstaneford en la región de East Lothian en 832 AD.
Un ejército de
pictos (confederación
de tribus que habitaban el norte y centro de Escocia) y escoceses bajo el mando del Rey Angus invadió la región de Lothians pero
se encontraron rodeados por un poderoso ejército de sajones. El Rey Angus y sus
soldados rezaron por la salvación, pues vieron una nube en forma de un aspa
blanca sobre un cielo azul.
El rey dijo que
si ganaba la batalla gracias a la ayuda del santo, a partir de ese momento San
Andrés seria el patrono de Escocia. Los escoceses ganaron y la cruz de San
Andrés fue adoptada como bandera nacional.
Junta con la
bandera real, el León Rampante y la cruz
de San Andrés se puede ver en eventos deportivos, iglesias y en oficinas de
gobiernos locales y nacionales.
María Barandiarán
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